Complacer a sus clientes debería ser el objetivo final de cualquier negocio. Un cliente feliz se convierte en leal, impulsando así las ventas de su empresa.
Esto es aún más cierto en las ventas B2B ya que cada cliente suele representar un volumen de negocios importante y mantenerlos y complacerlos es algo esencial para hacer crecer su negocio a largo plazo. La elección de ofrecer un regalo cualitativo puede ser una excelente manera de mostrar a sus clientes lo mucho que le importan, pero el impacto real de dicho regalo podría traer mucho más beneficio a su negocio de lo que usted piensa.
Primero un cliente asociará un regalo a una experiencia muy agradable y positiva que creará una inmediata sensación de satisfacción. Se trata de un beneficio instantáneo que puede resultar útil para que el cliente tenga una buena mentalidad antes de entablar una negociación. En segundo lugar, si el regalo que ofreces será usado frecuentemente por tu cliente. Es probable que piense en ti y en tu compañía con más frecuencia. Por eso los regalos corporativos son tan positivos a largo plazo. Crean una conexión positiva entre su empresa y sus clientes. Por supuesto, ese segundo beneficio sólo se produciría si se ofrece algo que sea valioso y utilizable a lo largo del tiempo.
Típicos grandes ejemplos son: instrumentos de escritura, artículos de cuero, relojes y artículos de viaje. Ofrecer accesorios de lujo de una marca conocida es importante para aumentar el valor percibido del regalo.
Por mucho que sea importante marcar un producto promocional, no es tan importante marcar un regalo de alta calidad. La razón es que sus clientes son menos propensos a usar un producto de lujo que tenga su logo en un lugar destacado, ya que entonces el producto parecería barato. Si ese es el caso, el cliente no usaría tanto el producto y es menos probable que se produzca el efecto positivo a largo plazo. Se sugiere marcar el envase del producto en lugar del producto mismo para tales artículos. Lo que realmente quieres es un producto que tus clientes usen casi a diario y que cada vez que lo usen o vean el regalo recuerden quién lo ofreció. Para lograrlo, sólo se necesita un artículo de valor que se utiliza a menudo.